Centros de interpretación

Museo del Pan y horno tradicional de Mas del Olmo

Uno de esos edificios que se conservan en la zona y que nos muestra las formas de vida antigua para que el viajero atento se sienta trasladado al pasado, es este antiguo Horno. Una estructura convertida en un pequeño Centro de Interpretación del Pan y que, junto a las otros espacios de arquitectura preindustrial citados, que se extienden por toda la comarca, conforman una emotiva ruta dentro de este “Territorio Museo”.

Como nos desvela Amelia Blasco que cuando las mujeres de la aldea sacaban la masa de la artesa recitaban, haciendo la señal de la cruz: “Esta masa esta amasada y en manos de la virgen está entregada”. Hoy ya no se besa el suelo cuando el pan cae al suelo, ni se hace la señal de la cruz, antes de cortarlo a cuchillo. Porque hoy el pan, obtenido por procedimientos industriales no es acreedor de tales merecimientos. Porque para que el pan sea un alimento eucarístico se tiene que haber tostado en un horno moruno de bóveda celestial; con fuego lento y confortante de pino y aliaga; al ritmo sosegado del canto de las mujeres que heñían con cariño la masa; al contacto dulce con la losa de piedra o el ladrillo. En un horno como éste o como el otro, aún más antiguo, que había bajo la antigua escuela que aún se conserva, en el edificio que alberga el Centro Social.

Hoy ya no se personalizan las hogazas con el sello o la marca de cada familia, pero todavía se observa en el techo de la tahona el color del humo de ese fuego que fue tertulia entre palas y mandiles, risas y artesas; que fue sabiduría y profecía.